martes, 25 de marzo de 2008

EL OCASO DEL GRAN MACHO ARGENTINO


Para ver televisión, para transitar las calles, en la intimidad de la cama y para tantas otras cosas, el auténtico macho argentino posee una personalidad única que, en apariencias, no admite flaquezas ni sensibilidades. Pero actualmente muchos varones se inclinan más por el: “si mi amor, como vos digas”.

Ya sea por la fama del guapo tanguero o por la valentía del gaucho de campo, el varón argentino tiene una permanente predisposición por sobresaltar su masculinidad. En el estereotipo del hombre latino en general la sensibilidad es poco permitida, sobretodo en reuniones de hombres solos donde aquel que demuestre mucho sus sentimientos puede ser tildado de “marica”, “machomenos”, “bala”, etc.

Hoy la constante evolución del rol de las mujeres en todos los ámbitos ha puesto en
jaque a ese machismo puro. Las mujeres son más autosuficientes y ya no necesitan
de un "macho" que las defienda, pero si de uno que sepa colaborar en las tareas domésticas, que sea más comunicativo, cariñoso, etc.

Hoy, la hombría del argentino solo se ve reflejada en la prepotencia que tenemos al conducir, a la hora del sexo o para elegir el fútbol ante otro programa en la tele. Obvio, entre estos dos últimos, uno excluye al otro.

Lo que sí, hay algo que es inmutable en todos los varones argentinos y nos hace imparciales siempre ante toda mujer. Al final, ¿Quién tiene el mango de la sartén?. Por supuesto que nuestra mamita. Y como dijo Pappo, uno de los genios más grandes de nuestro Rock Nacional, “nadie se atreva a tocar a mi vieja”.

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 No lo se, no lo recuerdo, a veces guardo fotos qué Cholulon