miércoles, 4 de febrero de 2009

¿PARA CUÁNDO LOS CIBERPOLITRÓNICOS?


¿Tenemos que soportar siempre la inoperancia de nuestros representantes? ¿Cuál será el motivo que los lleva a incumplir sus promesas una vez que asumen los cargos públicos? Este es un llamado a la comunidad científica para crear un robot que sea el que tome las riendas de este conflicto.

Aparentemente, la especie dirigente tiene rasgos comunes en todo el planeta. Todos padecen de una especie de trastorno de personalidad al asumir el mando. Un espíritu maquiavélico común en toda la raza de representantes. El ser humano aparentemente no resiste la embriaguez que le produce la suma de poder.

Entonces se propone diseñar un programa de computación, un androide o algún aparato capaz de tomar siempre decisiones de acuerdo al bien común. Una máquina mediadora que interprete valores y virtudes de modo que siempre procese sus actos en vista al progreso de todos.

¿Porqué no? Si el programa podría administrar, gestionar o proyectar en base a datos históricos, normas, leyes y máximas en pos de gobernar para crear una nueva era más humanitaria. Claro parece contradictorio: ¿un robot en el gobierno?. Pero tal vez ante un problema, la máquina con la debida información vuelque inexorablemente una justa solución. Quizás solo sea necesario ingresarle un extracto las escrituras religiosas ya que todas pregonan básicamente lo mismo. Hacer, por ejemplo, énfasis en compatibilizar diferencias entre musulmanes y judíos. Un método certero que no permita errores y actúe siempre de la mano de la opinión pública. Es bueno meditarlo ya que, en la época actual, Internet y otros medios masivos permiten que casi todos los ciudadanos participen de un mismo tiempo y espacio.